Garzas en la bahia de Lerate

Una imagen única en el embalse de Alloz.

Hace un año por estas fechas se declaro la guerra al covid, con un estado de alarma que mantuvo a las personas en su casa, las consecuencias de este aislamiento, el tiempo, así como el embalse bastante lleno, propicio la aparición de unos visitantes que nos alegraron la vista a los pocos residentes de Lerate.

Durante casi un mes nos visitaron garzas, ánades, las veíamos volar desde nuestras ventanas, así como posarse en las copas de los arboles.

Quedan estas imágenes como un recuerdo de la impermanencia y el cambio.

LABORES CEREAL_LERATE

En este articulo se utilizan en negrita algunos términos del pueblo y palabras que se usaban en Lerate y que ahora están en desuso o la mayor parte de la gente no conoce.

— Los trabajos del campo en Lerate eran muchos y los realizaban los hombres solos o con ayuda de animales. Los testimonios recuerdan la cantidad de trabajo que daba la viña durante todo…………………… ocupaban prácticamente toda su actividad diaria, en época de cosecha, que era más trabajo, se ayudaban entre los vecinos o iban las mujeres a ayudarles………………….se llevaba el trigo a moler al molino, casi todos los pueblos tenían situado uno al lado del rio…………con la construcción del embalsé se sedaron bajo las aguas. En el caso del pantano de Alloz se inundaron cinco molinos………. extracto de El pantano de Alloz . Luces y sombras de la construcción de un embalse (M.J Ancín Yániz).

A raíz de la lectura del libro nos queda la curiosidad de cómo se vivía en Lerate en aquellos años que nos parecen tan lejanos pero mirando bien no son tan lejanos.

Un vecino del pueblo de Lerate se ha ofrecido a deleitarnos con la información obtenida a través de conversaciones con su madre, abuelos y tíos abuelos que vivieron aquí.

INTRODUCCIÓN

Hasta la llegada de la mecanización en los años sesenta del siglo pasado, en el campo se trabajaba igual que en la edad media. Yo suelo decir que nuestros antepasados trabajaban con animales y como animales. Las labores que requerían de un mayor esfuerzo se realizaban con la ayuda de animales de tiro: bueyes o caballerías[1].

Como sólo se dejaba de trabajar los domingos y los días de fiesta, la gente se pasaba la mayor parte de tiempo en el campo. Se iba todos los días a no ser que el tiempo fuera extraordinariamente malo. La estampa o imagen del campo que veríamos era de muchas más parcelas de las que vemos hoy, de tamaño más pequeño y con gente y animales trabajando en ellas. Se escuchaban conversaciones entre unas familias y otras. Se hablaban y ayudaban unos a otros; también se cantaba. Y como es lógico también había más conflictos personales y de mugas[2] entre parcelas.

QUÉ SE CULTIVABA

Lerate apenas tenía bosque o monte. La mayor parte de su término era tierra de labor o de pasto y monte bajo. La mayor parte de las tierras cultivadas eran las llamadas “tierras blancas”, que se dedicaban al cultivo de cereales y menunciales[3]. El segundo cultivo en extensión eran las viñas y también había algo de olivo, el necesario para el consumo de casa.

Así pues de la famosa terna mediterránea cereal, vid y olivo, aquí teníamos fundamentalmente dos: la viña y el cereal; y aunque la viña era el segundo en superficie, era el primero en cuanto a su importancia económica. Lo que dejaba dinero en Lerate era la venta de vino.  

La medida de superficie en las tierras blancas era la robada, que son 898,4 metros cuadrados, y en las viñas se usaba la peonada, que equivalía a media robada. También se usaban las cuartaladas (cuarta parte de la robada) y almutadas (dieciseisava parte de la robada).

La medida de capacidad era el robo, equivalente a 28,13 litros, que corresponde al grano que se usaba para sembrar una robada que eran 22 kg de trigo. También se usaban el medio robo, cuartal (cuarta parte de robo) y almute (dieciseisava parte del robo).

Los menunciales se sembraban en pequeñas superficies de manera que se obtenía “un poco de todo”. En su mayor parte eran leguminosas, que como sabemos tiene la propiedad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo de manera natural, enriqueciendo la tierra para la siguiente cosecha. Pero hay otros cultivos menores, que ha habido en Lerate, que se podían incluir en el grupo de menunciales y que voy a comentar: son el lino, nabo, patata, maíz y centeno.

El lino se sembraba en Lerate hasta finales del siglo diecinueve; en el siglo veinte con la llegada de nuevos tejidos, dejó de sembrarse, pero se naturalizó y hoy lo podemos encontrar por los orillos de los caminos en los alrededores del pueblo. Es fácil de identificar y tiene una flor sencilla pero muy bonita y con un color azul muy intenso.

flor de Lino

El principal uso del lino aquí era el textil, aunque su semilla es oleaginosa y se puede obtener el famoso aceite de linaza.

Esta planta olvidada cobró otra vez fama en torno a los años noventa del siglo pasado debido a la importante subvención que comenzó a dar la Unión Europea a quien la cultivara. Hubo acusaciones de fraudes y algún escándalo político utilizando para todo ello a la inocente planta del lino.

El nabo se cultivaba para los animales. Se recogía verde, con hojas, se troceaba con la destralilla, un hacha de mano pequeña.

La patata se ponía para todo el año; no se compraba: la más pequeña y peor se daba a los cerdos y la mayor para consumo de las personas.

El maíz se sembraba en tierras ricas y frescas como las del término El Prado (pronunciado el práu), que ocupa aproximadamente desde la sociedad hasta el aparcamiento, toda la zona más llana.

En Lerate desde que se ocupó el pantano no había regadío, por lo que el maíz era de secano. Había años que los de Lerate sembraban maíz en terreno de la CHE, en la actual Bahía que llamábamos La Pieza Redonda, pero tenían que recogerlo antes de que subieran las aguas. Era una forma de “cobrarse sus deudas” con el pantano.

El centeno se utilizaba como cuerdas, para hacer fajos al recoger el cereal, porque tenía una caña muy larga, de un metro y medio o más. Se remojaba para trabajarlo, se cogían varias plantas se retorcían y se unían por las cabezas. Así no se gastaba en cuerdas y se trituraba luego todo en la era sin necesidad de ir desatando lo fajos y recogiendo las cuerdas.

DONDE SE CULTIVABA

Los campos de cereal nos los encontramos por todo el término.

Las viñas estaban generalmente buscando los carasoles. En general toda la margen derecha del río Salado que era término de Lerate estaba de viñas; aunque hoy están bajo las aguas del pantano, quedan dos pequeñas porciones del término al otro lado, que lindan con Ugar: una se llama Ardasuri o Ardachuri (= viñas blancas) y la otra Arambeta, que los de Ugar llaman Ripeta.

Hablando de viñas, una curiosidad del pueblo era El Cerrado, pronunciándose el cerráu, que era una enorme viña perteneciente a la casa principal del pueblo, Casa Patrimonial, que tenía su entrada en la misma entrada de la casa de Juan Yániz y estaba toda cerrada por una pared (de ahí su nombre); parte de esa pared se mantiene todavía hoy en pie, en el lado izquierdo del camino a la ermita y en la parte del regacho de Irurre, que cuando baja el pantano se pueden ver. La pared que va a la ermita continuaba hasta llegar al río, de manera que nos podemos hacer una idea del tamaño de ésta gran viña. Tenía en medio una cabaña en forma de círculo que aún se puede ver.

Entre la epidemia de la filoxera a principios del siglo veinte y la llegada del pantano la viña ha ido a menos hasta hoy que ha desaparecido por completo en Lerate

El olivo se encontraba a veces entre las mismas viñas, pero en su mayor parte, los de Lerate tenían sus olivos en el término de Garisoain llamado Arradia, un carasol cara a Cirauqui, que era donde estaban la gran parte de los olivares de todo el Valle de Guesálaz. Esto era así y como ejemplo tenemos constancia de la compra de un olivar de un vecino de Lerate a uno de Guembe; hoy cuesta imaginar, con los medios de antes, el desplazarse desde Guembe hasta Arradia para realizar las labores en el olivar y volver a casa.

Por completar el término había y hay una zona llamada El Prado, de la que hemos hablado antes. Antiguamente era una zona de pasto muy rica. Era una tierra fresca, buena; se consideraba el regadío de Lerate y al ser comunal se repartía para que todos los vecinos tuvieran una pequeña porción para patatas y maíz. Antiguamente junto al río había una dehesa (dehesa boyal) le llamaban). Estas zonas se respetaban para pasto para los animales y estaban muy regladas y vigiladas qué animales y cuándo podían ir a pastar. También había alamedas o choperas junto al río de las que se sacaba un aprovechamiento maderero.

LABORES AGRÍCOLAS. CEREAL

Tradicionalmente  el cereal se sembraba por el procedimiento de “año y vez”; se sembraba un año y al año siguiente se le dejaba descansar sin sembrar nada, en barbecho, o bien sembrando un menuncial. Las labores que se iban haciendo a lo largo del año eran las siguientes:

SIEMBRA

Las labores comenzaban con las primeras lluvias de septiembre o incluso octubre, cuando la tierra al coger humedad adquiría una estructura y textura fácil de trabajar que aquí llamamos tempero. Hay tempero cuando la tierra no está ni muy seca ni muy húmeda. La tierra tiene que quedar “suelta” es decir, sin tormones.

La primera labor era una labor profunda de la tierra para oxigenarla y limpiarla de malas hierbas, que se hacía  con el arado. El arado era como el arado romano, de un brazo; no había habido mucha más evolución hasta que después llegaron los brabanes que volteaban la tierra. Tras la labor del arado había que pasar la narria[4] las veces que hiciera falta para desmenuzar los tormones y que la tierra quede fina.

Si la labor con el arado o brabán se hacía con buen tempero no hacía falta pasar la narria.

— Hoy esta primera labor se hace con vertedera, que es un arado como el brabant pero de varias rejas, o con chisel o arado vertical, que remueve la tierra, pero no la voltea. Después se utilizan las rastras y el molón si se ha labrado o las gradas si se ha utilizado el chisel.
Estas labores de preparación de la tierra para la siembra son las que más energía, tiempo y esfuerzo consumen de todo el ciclo del cultivo por lo que han surgido nuevas técnicas de mínimo laboreo o incluso de siembra directa sin remover la tierra; es lo que se llama agricultura de conservación.
Antes de sembrar se añade el abono que llamamos de fondo, que es el que aporta el fósforo y el potasio. Antiguamente el único abono que existía era el estiércol de las cuadras que se aportaba también antes de la siembra.

Finalmente la labor de siembra propiamente dicha se hacía a mano. Cada sembrador llevaba un capazo con la semilla y se lanzaba un puño a voleo alcanzando una determinada anchura de trabajo, la márcen; se ponían unos puños de paja hasta donde llegaba la semilla para poder ver las márcenes y  en caso de ir varios sembradores, se separaban según su anchura de trabajo avanzando uno un poco más adelantado que el otro.

Después de sembrar se hacía una labor con la narria para enterrar la semilla.

— Hoy la labor de siembra propiamente dicha no es de las más costosas si la tierra está bien preparada, con sembradoras muy precisas que son capaces de aportar la semilla a la profundidad y a la dosis que se quiera incluso grano a grano.

Hoy coexisten la agricultura convencional y la ecológica, que no utiliza productos químicos de síntesis. En agricultura convencional se aplica en invierno una primera aportación de nitrógeno en forma de urea o de nitrato y una aplicación de herbicida para controlar las malas hierbas. En primavera se aplica el segundo abonado nitrogenado y si es necesario una segunda escarda química. En los últimos años, tras la aparición de la roya en los trigos se hacen tratamientos fungicidas a lo largo de toda la primavera.

Lo primero que se sembraba eran los menunciales en octubre; después de ellos, en noviembre el trigo primero, la cebada después y por último la avena.

Se tenía en cuenta el estado de la luna para cada especie.

Escarda.

Escardar es quitar las malas hierbas.

Antiguamente la escarda se hacía a mano, con un gancho o media hoz específica para escardar o con una pequeña azadilla. Participaba toda la familia, hombres, mujeres, ancianos y niños. Se hacía en primavera. Había que ir quitando las hierbas una a una de todo el campo. Hoy cuesta imaginar esa labor. Debía ser eterna.

Sobre todo había que eliminar los cardos, que salían muchos, porque tenía mucho pincho, que eran muy perjudicial para la paja que se daba a los animales.

COSECHA: Siega, acarreo, era.

ver el tamaño
Zoqueta.

La recolección se hacía en julio. Primero a mano, con hoz y zoqueta[5]. También se usaba la talla (guadaña). Con la talla se adelantaba más pero siempre se perdían más espigas que segando con hoz. Posteriormente fueron llegando las máquinas. Primero la guadañadora, que era una máquina tirada por animales que sólo cortaba y dejaba la mies en manadas, pero sin atar. Después llegaron las atadoras, que además de cortar dejaban los fajos atados. Detrás de esta máquina había que enfascalar, hacer fascales, que eran hacer círculos de fajos puestos de pie (unos 50 fajos). Esta labor de enfascalar se hacía para que si llovía, luego se secaba el grano más fácil puesto en pie que tumbado en el suelo, donde podría echarse a perder. Más adelante las trilladoras que eran capaces de separar el grano de la paja pero no se podían llevar al campo; se instalaba en el pueblo, primero en las eras y después junto a las casas y había que traer toda la cosecha e ir alimentándola. Finalmente en los años 60 llegaron las cosechadoras que eran capaces de hacer lo mismo que la trilladora pero en el campo

Hasta la llegada de las máquinas se llevaba toda la cosecha a las eras. Cada familia en Lerate tenía una era propia o compartida. Durante los meses de julio y agosto el trabajo de la cosecha era tan duro o más que el que hemos visto de la siembra. También participaba toda la familia.

¿Dónde estaban las eras en Lerate y cuántas había?. Las puedes ver en la página sitna.navarra.es en la pestaña imágenes y mapas de fondo; ortofoto histórica B/N

Tras segar y dejar en manojos en el campo había que llevar o acarrear los fajos a la era. El acarreo se hacía en carros y picas. Las picas eran unos palos verticales terminados en punta donde se clavaban los fajos. Había carros de seis picas y otros de ocho picas. Una vez en la era había que preparar la parva[6]; Se extendían los fajos y se pasaba el trillo[7] para triturarlo todo.

Cada día se hacía una parva, ya tenían calculada la cantidad que había que traer del campo a la era. Se comenzaba a acarrear a las cuatro de la mañana para tener la parva preparada a la mañana en la era.

Se pasaba un trillo grande primero que iba con bueyes y se daba vueltas despacio. Después de este primer triturado, se pasaba otro trillo más pequeño tirado por machos a los que se les hacía trotar e iban triturando la paja dejándola en trozos pequeños. Los animales también comían mejor la paja si estaba bien troceada. Se pasaba la mañana con esta labor.

El siguiente paso era aventar, antiguamente se decía ablentar[8]. Con una horca o sarde de madera se iba lanzando la paja hacia arriba y a un lado, haciendo un montón de paja, quedando el grano en el suelo.

El trigo final, que estaba más cerca del suelo, se pasaba después por el guerbillo, que era una criba redonda, para dejarlo más limpio de impurezas, el casquijo, pequeños trozos de paja o de cabezas de trigo sin grano.  

El trigo se llevaba al granero de la casa que siempre estaba en el último piso para protegerlo de roedores. Se llevaba en sacos.

— Te cuento una anécdota sobre la era— que encierra mucha sabiduría, aunque es muy naif y con un refrán muy conocido.

Cuando volvían de la era a casa los hombres llevaban las abarcas (calzado antiguo) con granos de trigo por dentro y se descalzaban normalmente en la entrada; le decía un abuelo de Lerate al nieto: toma este puño de trigo y súbelo al granero ¿hasta arriba voy a subir con este poquico de trigo? Tú sube que un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Y le hacía subir al nieto con el puño de trigo hasta arriba.

La paja se llevaba a las pajeras, que normalmente estaba también en los pisos de arriba porque así era más fácil bajar paja a las cuadras a través de un agujero, que iba desde el pajar de la segunda planta, a la planta baja, que es donde estaban la cuadras.

La paja se llevaba en sábanas; eran tal cual, una sábana que se extendía en el suelo, se hacía un montón de paja y se ataban las cuatro puntas en el centro, formando una bola enorme que se cargaba al hombro y se subía hasta el pajar por una persona; allí se deshacía, descargaba y vuelta a empezar. 

Más adelante se instalaba la trilladora en vez de en la era, cerca de las casas y se enviaba directamente la paja por un tubo hasta el pajar de cada casa.

primeras maquinas para el campo

Decirte también que la trilladora que llegó a Lerate se compró por los vecinos creando para ello una cooperativa, para poder utilizarla entre todos. Creo que en las actas del concejo habrá documentación pero no lo he investigado.

PARA SABER MAS

  • Guesálaz pueblo a pueblo. Isidoro Ursúa Irigoyen. Año 2001.
  • Guesálaz y Salinas. Sus tierras y sus gentes. Un vistazo al siglo XX. Isidoro Ursúa Irigoyen. Año 2008. Ayuntamiento de Guesálaz.
  • Agricultura y pesca fluvial en los valles de Guesálaz y Yerri. Ester Alvarez Vidaurre, Pablo Orduna Portús y Pablo Alvarez Vidaurre. Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra. Año nº 40, Nº 83. 2008. Págs. 127-151
  • El pantano de Alloz. Luces y Sombras de la construcción de un embalse. Año 2020M.J Ancín Yáni

[1]Caballería. Se les llamaba así a los caballos y los mulos, que eran cruces de caballo y burro; eran animales dóciles y muy fuertes. También se les llamaba machos.

[2]Muga. Mojón. Es la piedra que marca el límite entre dos fincas. En Lerate las mugas llevan marcada una cruz en la parte de arriba. Las puntas de la cruz indican dónde están las próximas mugas.

[3]Menunciales. Eran el resto de cultivos anuales que no eran cereales: habas, garbanzos, lentejas, alholvas, arvejas, yeros… Se segaban en verde para consumo de forraje de los animales o bien se les dejaba completar el ciclo y se recogían para aprovechar el grano, igual que los cereales.

[4]Narria. Era un rectángulo de madera del tamaño de una puerta sobre el que iban unos grandes clavos. Estos clavos iban sobre la tierra e iban desmenuzándola.

[5]Zoqueta. Es como un pequeño zueco de madera en el que se meten los dedos de la mano izquierda. Con esta mano izquierda se coge el manojo de trigo que se va a cortar con la hoz con la mano derecha. Servía para protegerse de posibles cortes con la hoz.

[6]Parva. Es la mies tendida en la era. Se consideraba una parva a la cantidad de paja y grano que se extendía, trillaba y recogía cada vez en la era.

[7]Trillo. Básicamente era una tabla tirada por una caballería, que por debajo tenía pequeñas piedras cortantes los más antiguos, o hierros dentados o ruedas los más modernos, y servía para trocear lo más posible la mies a base de dar muchas vueltas en la era.

[8]Ablentar. Es aventar, echar al viento.

FUENTE: VECINO PUEBLO DE LERATE

Auzolan_lerate

Una forma de hacer vencidad
El “auzolan” ha sido una de las costumbres más arraigadas en nuestra tierra.

Desde el concejo de Lerate nos parece una oportunidad la realización de un auzolan como forma de hacer para “hacer pueblo”, de formar parte de la vecindad, y objetivamente también supone una implicación en mejorar el entorno de donde vivimos.

¿Pero que es un AUZOLAN?

El auzolan es el sistema de trabajo de una sociedad organizada en comunidades que se entienden, así mismas, como colectivos de vecinos. De ahí el propio nombre del auzolan: Trabajo de vecinos. Aunque la traducción habitual sea trabajo comunitario o prestación personal.

Actualmente no son convocados muy frecuentemente. Suelen darse cuando hay algún acontecimiento extraordinario como la preparación de la fiesta del valle que cada año toca a un pueblo, o la rehabilitación de algún edificio o espacio comunal.

Un poco de historia

Al trabajo comunal se acude ahora voluntariamente pero antes cada casa tenía obligación de mandar a alguien a hacerlo. Un trabajo de ozalan era la limpieza de las balsas para el ganado que solían llenarse de tierras desprendidas en escorrentías. También era normal convocar a ozalanes para la limpieza de fuentes y pozos públicos. Los convocaba el párroco desde el púlpito por orden del alcalde de concejo o del valle. En otras ocasiones se enviaban representantes de cada casa a trabajos comunitarios para apagar incendios, arreglas desperfectos por desgracias o a una familia que tuviera miembros enfermos o impedidos.

Derechos y obligaciones vecinales

Cada casa daba apoyo y ayuda a los convecinos más necesitados ya fuera de forma particular o más comunitaria. Hace algunas décadas existía una relación mucho más estrecha con el resto de vecinos que daba pie a un tipo de compromiso y acuerdo no firmado de mutua asis­tencia. De esta manera, siempre que por necesidad de los habitantes de una casa hiciera falta echar una mano se echaba. Se hacía desde el intercambio de aperos de labranza como recados en casos de que un vecino estuviera enfermo y no pudiera levantarse de la cama. De igual manera, se visitaba a los enfermos si estos eran amigos cercanos y se acudía a los velatorios para demostrar respeto y acompañamiento a la familia del difunto.

Hasta aqui la historia

La vida en muchos pueblos a cambiado ya que muchos de sus vecinos no viven en el durante todo el año y muchos han venido de la ciudad al pueblo y no conocen las costumbre, sobre todo lo referente a la limpieza viaria.

En la vida del pueblo siempre han sido muy importantes las relaciones con los vecinos; sin duda, el trato ha sido y es más intenso que en las ciudades. Como hemos visto antes el concepto de pueblo va más allá del concepto vecino.

 Por ello en el concejo de Lerate entendemos como — vecindad — el trato que va más allá de relaciones de personas que viven unas al lado de otras, vecindad o implica relaciones estrechas y bien definidas por la tradición, y que impone tanto deberes como disfrutes.

Lo que en tiempos fue una obligación se ha convertido con los años en una oportunidad de encuentro para los vecinos. Hace décadas, el auzolan era ineludible, de manera que un representante de cada casa del pueblo debía acudir a él cuando se convocaba. Si no lo hacía, debía pagar una multa.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces y ahora los vecinos trabajan en común de manera voluntaria. Son muchas las localidades que, a falta de otros recursos, echan mano de los residentes para acometer todo tipo de tareas, desde obras de albañilería hasta acondicionamiento de jardines, limpieza de viales……… u organización de fiestas.

Lerate y el arte de hacer la colada

Destacado

M.J. Ancin en su libro El pantano de Alloz Luces y sombras de la construcción de un embalse nos cometa que en :

En 1930 Lerate no había agua corriente en las casas. Las mujeres iban a las fuentes a por agua y bajaban al rio a lavar o lo hacían en los lavaderos. Era un trabajo duro, según cuentan se les quedaban las manos heladas y además tenían que subir el gran peso de la ropa mojada a secarla en casa.

Tampoco había electricidad, ni por lo tanto maquinas que aliviaran el trabajo domestico, así que la dura jornada comenzaba al amanecer y terminaba cuando se iba la luz del sol. Todas las actividades de la casa eran hechas por las mujeres. Limpiar la casa, cocinar ir a por agua, lavar, hacer el pan, además de criar a los hijos y atender a los animales. Un dicho de entonces refleja el lo duro trabajo que suponía: “Amasar y colada, mujer enfadada”

Lavanderas de Arlés I Paul Gauguin. 1888

Nos vamos a inspirar en este párrafo para vislumbrar una de las faenas domesticas más dura que realizaban las mujeres—hacer la colada— según la cantidad de ropa el proceso podía durar hasta tres días. Uno para mojar y enjabonar la ropa, otro para calentar el agua y pasar la colada de agua y ceniza y el tercero para el aclarado, y al final el planchado

¿Que es hacer la colada?

En Navarra todavía utilizamos esta expresión aunque cada vez menos, cuando la oímos nos pensamos que es lavar la ropa en una lavadora pero el origen de la expresión viene de hacer colar agua hirviendo entre un envoltorio con ceniza y la ropa blanca que se ponía debajo para de esta manera blanquearla y que quedara como los chorros del oro. Otra cosa muy diferente a hoy , no hace tantos años en los pueblos y algunas capitales sin luz las mujeres tenían que tenían que bajar al rio o al lavadero para esta tarea.

En lerate no hay lavadero y me dicen que no se hizo porque tenían cerca el regacho, al que bajaban por una cuesta bastante empinada.

El remojado se realizaba en la casa o en el rio, se restregaba la ropa con jabón casero y, también se golpeaba o bien contra una madera o contra las piedras, al no haber guantes como ahora se les terminaba haciendo heridas en los nudillos de las manos, en verano era más fácil, pero en invierno con el frio y el agua tan helada que bajaba las manos se les helaban y la tarea era más dolorosa.

El segundo paso era el cocido
Si la ropa la habían remojado en el rio subirla a casa era muy pesado y muchas veces se tenían que ayudar de burros.
Al principio se hacía en un cesto de mimbre que más adelante se sustituyo por un terrizo de zinc.
El cesto de mimbre se recubría en el fondo y la pared con una tela recia de lino para evitar el contacto con la ropa.

Si la ropa la habían remojado en el rio subirla a casa era muy pesado y muchas veces se tenían que ayudar de burros.

Al principio se hacía en un cesto de mimbre que más adelante se sustituyo por un terrizo de zinc. En este proceso debido a los cambios de temperatura era muy normal que les salieran sabañones en las manos

El cesto de mimbre se recubría en el fondo y la pared con una tela recia de lino para evitar el contacto con la ropa.

El cesto se colocaba sobre la coladera que era una bandeja circular de piedra con un reborde por todo el orillo y un saliente acanalado en un lado para que desagüe el agua, debajo se colocaba un barreño para recoger el agua.  

Se asentaba la ropa en el cesto y encima una tela de lienzo, sobre esta tela se ponía la ceniza cernida.

Se calentaba abundante agua en una caldera en el fuego del hogaril y la echaban poco a poco sobre la ceniza para que fuera pasando por la ropa.

El agua que salía por el chucho del terrizo se recogía y se volvía a calentar hasta la ebullición, se volvía a verter repitiendo la operación una y otra vez hasta que toda la ropa estuviese caliente… Luego había que aclararla.

Muchas veces cuando todo estaba bien caliente, tapaban el chucho del terrizo con un corcho y dejaban la ropa a remojo con el agua de ceniza. Así mismo me cuentan que solían guardar el agua para fregar los suelos.

Como anécdota nuestra vecina nos comenta que su hermana que viva en Pamplona cuando empezó a traer lejía su madre no queria saber nada de ello decía que no la podía dejar tan blanca.

El tendido dependiendo del tiempo lo hacían al lado del regacho o bien la subían a casa, y después del todo el proceso venia el planchado de la ropa con esa planchas que había que calentar o bien llenar de carbón que pesaban bastante.

Si reflexionamos un poco vemos que no hace más de 70 años la vida tanto para hombres como mujeres era bastante dura.

Fuentes:M.J. Ancin en su libro El pantano de Alloz Luces y sombras de la construcción de un embalse

Personas mayores del Pueblo

Pantano de alloz Luces y sombras de la construcion de un embalse

Desde este Blog os traemos la noticia de la publicacion de este libro a cargo de M.J. Acín Yániz .

el pantano de AllozUn libro inspirado desde las sobremesas de la casa familiar, donde los abuelos y padres contaban anécdotas de su generación así como las vivencias que tuvieron en torno a la construcción del pantano.Un libro inspirado desde las sobremesas de la casa familiar, donde los abuelos y padres contaban anécdotas de su generación así como las vivencias que tuvieron en torno a la construcción del pantano.

Todo ello suscito a Chus y a su hermano el interés y curiosidad por la historia, los recuerdos y las costumbres de antes, la importancia de conocer lo que ocurrió para aprender de ello y el interés por saber que pensaban que sentían los que vivieron antes que ellos.

El libro también se basa en documentación que acredita lo que escribe de todo el proceso de construcción de embalse hace ya 90 años.Todo un laberinto de trámites y recursos que se llegaron a prolongar hasta 1948, estamos hablando de 22 años de demoras para cobrar los afectados.

Cuando le escuchábamos a mi abuela María contar como vivieron la expropiación de sus tierras para hacer el pantano, veíamos como se iba emocionando conforme avanzaba en su relato “nos pagaron tarde y mal, se burlaron de nosotros y ni siquiera nos dejaron recoger la última cosecha…” ¡sabes lo que es ver  que tu cosecha se va quedando bajo el agua y tú no puedes hacer nada¡ Nos decía con ojos llorosos.………….

— Algunos vecinos todavía se emocionan cuando miran al embalse y ven sus tierras y el coste que les supuso a sus abuelos.En la expropiación forzosa hay pueblos como Lerate, “el más perjudicado” al que de 254ha, le embalsan 145ha, suponiendo esto el 54% del terreno del Concejo, nos podemos hacer una idea del impacto que tuvo en las gentes y formas de vivir de aquella época.

Chus nos comenta en el libro:

Hay que imaginar lo que tuvo que suponer a personas que como sabemos de los testimonios algunas no sabían ni leer ni escribir, asumir estas condiciones legales en un tiempo en que las comunicaciones eran lentas …… (4.2 La expropiación).

El agua ya embalsada genera otros problemas además de las pérdidas de cosechas. No solo inunda tierras, muros, molinos y fuentes, también caminos, carreteras y puentes de comunicación entre pueblos………………………..otros pueblos como Garisoain, Irrure y Lerate no son tan afortunados y quedan aislados sin carretera, ni hacia el resto del valle, ya que se inunda el puente de comunicación con ellos, ni hacia Estella porque se inunda también el camino principal…………. En febrero de 1936 el problema seguía sin solución y estos pueblos no tendrán comunicación hasta 1966( 6. Daños colaterales)

Si tienes curiosidad por saber más sobre la construcción del embalse, el porqué y para que se construyo, como fue el proceso de expropiación, puedes conseguir el libro en «el Ayuntamiento de Yerri» . 

Feliz lectura

PSIS del Embalse de Alloz

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En la página del ayuntamiento de Guesalaz tenéis toda la información en relación a las acciones que se pretenden ejecutar en los alrededores del embalse de Alloz

Pincha aquí para ir al destino del enlace

Testigos del Pasado

En Lerate todavía tenemos la suerte de tener testigos de cómo fue la vida de este pequeño pueblo antes de hacer el embalse, como vivieron los cambios y como influyo en sus vidas.

Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la historia de nuestros mayores, testigos de un mundo que no llegamos a conocer, y muchas veces tampoco queremos conocer, una de nuestras testigos nos cuenta “con un ligero brillo en sus ojos” — cuando les cuento cosas a mis nietos “!dicen abuela eso son casas del pasado¡”— La juventud no tiene curiosidad o interés por el pasado, no saben   que forman parte de su patrimonio de  su memoria.

Las experiencias de nuestros mayores son trasformadoras y si no las recordamos se borra parte de lo que somos, nosotros formamos parte de su mundo, de un mundo que no conocimos pero que los moldeo a ellos y por antonomasia a nosotros.

Es maravilloso oírles hablar del papel de la mujer en la sociedad agrícola, como cultivaban los alimentos a la orilla del rio Ubagua, “nuestra testigo lo llama Ubagua, el cultivo del cereal, como triballan a mano y luego la llegada de la primera trilladora, primer teléfono que llego a Lerate, como transformo sus vidas y las del pueblo la construcción del embalse, “se les saltan las lagrimas cuando hablan de las tierras que perdieron”.

Ellos son los testigos de cómo fue Lerate y como cambio, como transforma sus vida, historias que quizá nunca contaron, aunque las conservan en su recuerdo, y desde esta página queremos darles voz para conocer un mundo que ellos conocieron muy bien pero que nosotros nunca conocimos.

“Perder sus historias es como perder una buena parte de nosotros mismos”.escuela_lerate

Hemos comenzado con un pequeño articulo sobre la escuela, hay muchos más en preparación.

Oteune.M

La escuela de Lerate

escuela_lerate

La escuela de Lerate se construyo en 1935, se mantuvo en activo hasta el año 1972 más o menos esta información es imprecisa.

Antes de su construcción los niños de Lerate acudían a la escuela de Irrure, iban andando, tenían turnos partidos y ante la imposibilidad de volver a casa a comer y volver a subir a la escuela se llevaban la comida, algunos eran acogidos en casa de familiares o conocidos.

 La escuela se construyo con la piedra de una casa que se cayó la casa de los Urra, y la obra la ejecuto Don Nemesio   de Riezu, maestro albañil muy afamo en la zona.

En la planta baja estaba la casa del maestro y en la planta alta se acondiciono la escuela, tenía en el medio una estufa de leña para calentar la estancia, nos comenta una antigua alumna que pasaban frio ya que no daba mucho calor y que muchas veces se tenían que llevar los alumnos la leña para poderse calentarse.

 

Interior de la escuela de lerate

Interior de la escuela

La escuela era mixta   tenían dos turnos, uno de tres hora a la mañana y otro de dos a la tarde, disfrutaban de media hora de recreo, jugaban juntos chicos y chicas, los juegos más habituales eran el balón prisionero, saltar a la cuerda, tabas y también el marro (a pillar). Asimismo en la hora del recreo a las niñas mayores las ponían a coser y bordar, ya que consideraban que eran mayores para jugar.

 La primera hora de la tarde a las chicas se les enseñaba a hacer ganchillo, bordados y coser.

Unas de las primeras maestras, al menos a las que recuerda con cariño nuestra antigua alumna eran Julia Yaniz y Mª Luisa Dornaleteche , eran al principio unos 20 niños y se asistía  hasta los 14 años.

Los padres estaban muy interesados en que no dejarían de estudiar ya que les decían que era muy importante.

Otra alumna destaca la influencia que tuvo su profesora Rosaura “a la cual guarda mucho cariño” nos dice que les animo a estudiar y ponía mucho esfuerzo en que cuando dejáramos la escuela siguiéramos estudiando  para prepararnos para  el futuro, además nos  llevaba de  excursión “el salir del pueblo nos parecía otro mundo”  nos llevo a ver el Acuario de Donostia,  a Fuenterrabía, monasterio de Leire, al pantano de Yesa y también a Estella, vamos que aparte de disfrutar mucho con las excursiones, también recuerdo que muchas de ellas eran muy didácticas.

 En los años cercanos al 72 al no haber suficientes niños la escuela se cerró y los pocos niños que quedaron en el pueblo tenían que acudir a Garisoain.

Esta es más o menos un poco la historia de la Escuela de Lerate.

 

* Vista general del núcleo urbano de Lerate, en el valle de Guesálaz, tomada desde el oeste. En primer término, a la izquierda, edificio de las «Escuelas Nacionales» Más atrás, tras varias niñas que posan con abrigos dispersas sobre la calle, casas de la localidad y torre de la iglesia parroquial de San Pedro.

Foto de José Galle Gallego (1898-1983)

  • Características:
  • 1 Fotografía – 13×18 cm – Gelatinobromuro – Vidrio
  • Referencia ES/NA/AGN/F423/FOT_GALLE_C_008

 

LERATE LIBRE DE BASURAS

Duarante los últimos años y debido al aumento de residentes y visitantes durante el verano en Lerate, las basuras son un problema que nos afecta a todos.

Visto que la decisión de los últimos años de colocar más contenedores no daba el resultado previsto, desde el ayuntamiento se ha lanzado este año una novedosa y atrevida campaña, llamada  “Residuos Cero” para concienciarnos a todos, visitantes y residentes, del problema que supone el exceso de basura.

A los visitantes les pedimos que se las lleven, que no nos las dejen, pero creo también que es un momento para que reflexionemos sobre la responsabilidad que todos tenemos de manera individual en la gestion de residuos.

Pero yo me pregunto ¿qué hemos hecho para que se nos plantee este problema?  Nuestros abuelos no lo tenían, y ellos también consumían y generaban residuos, ¿qué hacían ellos con los residuos que generaban? ¿Podemos aprender de ellos?

Es verdad que la forma de vida ha cambiado mucho con respecto a la que ellos tenían. Ahora vivimos en una sociedad de consumo, de la abundancia. Nada se recicla, y si se estropea se compra otro. La vida de los productos que compramos es muy corta, porque nos dan todas las facilidades  para que consumamos.

La vida de nuestros antepasados era muy diferente. Tenían pocas cosas, y tener más suponía un gran esfuerzo económico, así que había que sacar el máximo provecho a lo que había en casa. Los objetos se arreglaban, se reparaban varias veces si se podía, se les daba otra vida y si no eran de uso diario se prestaban unos vecinos a otros,  y luego se devolvía “la ordea”

Si nos fijamos en los recipientes y utensilios que utilizaban en el dia a dia para contener los alimentos, podemos ver que la mayor parte de estos eran reciclabes : vasijas de barro para cocinar, vajillas de cerámica, botellas de cristal para contener los líquidos, de madera o en pellejos de animales, cubiertos de madera, cestos de mimbre y madera, etc.

Como podemos ver, estos materiales aunque parecen frágiles eran de uso frecuente. Cuando se rompian se podían arreglar y cuando resultaban inservibles se integraban en el campo sin contaminar.

Los restos de comidas, que eran poco porque nada se tiraba y se aprovechaba al máximo como han aprendido a hacerlo nuestras madres, los utilizaban para alimentar a los animales, y el resto que quedara lo amontonaban en una compostera que utilizaban después como abono natural de campos y huertas. Los residuos orgánicos de los animales también los utilizaban como abono para los campos.

La ropa que usaban era mínima. La más vieja y remendada era para ir al campo y para diario, y un traje (el que podía tenerlo) o una ropa más decente se la ponían para ir a misa los domingos o para ocasiones especiales. Era igual con el calzado, usaban un par de abarcas para el trabajo diario y un par de zapatos para los dias de fiesta. Comprarse zapatos nuevos era todo un lujo que pocas veces se lo podían permitir.

No se trata de vivir como ellos, porque estamos en otro momento y son otros tiempos. Sólo es una invitación a reflexionar sobre nuestra forma de consumir y si fuera posible hacer nuestro consumo más responsable.

Te propongo algunas cuestiones para ayudarte en esta reflexión:

– ¿Has pensado en reutilizar tus propios recipientes y comprar a granel? Cada vez hay más tiendas que sirven a granel, o quizás puedas comprar en los mercados cercanos

– ¿Puedes utilizar bolsas reciclables? ¿ o llevar tus propias bolsas al mercado? o quizás no necesites meter en bolsas todo lo que compres…

– Todos nos compramos ropa sin necesitarla, pero ¿son más las veces que lo haces porque lo necesitas o por capricho?

– Si vas de excursión piensa en que en el sitio a donde vayas no quede ninguna constancia de que tú has estado alli.

– ¿Tienes un rincon donde hacer un compostaje? Te sorprenderá la ausencia de malos olores y el estupendo abono que supone para tus plantas

– Fíjate en la cantidad de elementos de plástico que llegan a tus manos y piensa si los podrías evitar o sustituirlo por otro tipo de material más respetuoso con el medio ambiente y que genere menos residuo: cristal, madera, papel reciclado, etc

– ¿Has intentado arreglar lo que se estropea o darle un segundo uso?

Ser conscientes de la cantidad de residuos que cada uno de nosotros producimos, es un buen comienzo para disminuir las basuras que generamos. Todos somos responsables en mantener el medio ambiente mas limpio y gestionar nuestras basuras de manera más inteligente.

APRENDAMOS DEL PASADO PARA CONSTRUIR UN MEJOR FUTURO…

Los nuevos visitantes de la Bahía de Lerate

Destacado

Desde este blog hacemos un llamamiento a todos aquellos que visitan la bahía de Lerate, comentaros que se ha producido un hecho excepcional, ¿Que hecho? pues bien al mantenerse la bahía virgen sin rastro humano han acudido unos nuevos visitantes, me refiero a las garzas y ánades.

Por estas fechas es decir abril y mayo comienza las actividades deportivas en el embalse y por lo vivido en este confinamiento vemos que ello aleja a la naturaleza del embalse.

Cuidemos este entorno, su calidad paisajística, su naturaleza exuberante, si entre todos lo cuidamos y respetamos puede ser un lugar de referente como área natural recreativa.

Donde la naturaleza se compagina  en convivencia con usos humanos tan diversos como la explotación hidroeléctrica, la actividad ganadera, el uso forestal, la caza, la pesca, la recolección de setas y actividades de ocio como el senderismo, o la plácida observación y disfrute de la naturaleza.

Bahia de Lerate