LABORES CEREAL_LERATE

En este articulo se utilizan en negrita algunos términos del pueblo y palabras que se usaban en Lerate y que ahora están en desuso o la mayor parte de la gente no conoce.

— Los trabajos del campo en Lerate eran muchos y los realizaban los hombres solos o con ayuda de animales. Los testimonios recuerdan la cantidad de trabajo que daba la viña durante todo…………………… ocupaban prácticamente toda su actividad diaria, en época de cosecha, que era más trabajo, se ayudaban entre los vecinos o iban las mujeres a ayudarles………………….se llevaba el trigo a moler al molino, casi todos los pueblos tenían situado uno al lado del rio…………con la construcción del embalsé se sedaron bajo las aguas. En el caso del pantano de Alloz se inundaron cinco molinos………. extracto de El pantano de Alloz . Luces y sombras de la construcción de un embalse (M.J Ancín Yániz).

A raíz de la lectura del libro nos queda la curiosidad de cómo se vivía en Lerate en aquellos años que nos parecen tan lejanos pero mirando bien no son tan lejanos.

Un vecino del pueblo de Lerate se ha ofrecido a deleitarnos con la información obtenida a través de conversaciones con su madre, abuelos y tíos abuelos que vivieron aquí.

INTRODUCCIÓN

Hasta la llegada de la mecanización en los años sesenta del siglo pasado, en el campo se trabajaba igual que en la edad media. Yo suelo decir que nuestros antepasados trabajaban con animales y como animales. Las labores que requerían de un mayor esfuerzo se realizaban con la ayuda de animales de tiro: bueyes o caballerías[1].

Como sólo se dejaba de trabajar los domingos y los días de fiesta, la gente se pasaba la mayor parte de tiempo en el campo. Se iba todos los días a no ser que el tiempo fuera extraordinariamente malo. La estampa o imagen del campo que veríamos era de muchas más parcelas de las que vemos hoy, de tamaño más pequeño y con gente y animales trabajando en ellas. Se escuchaban conversaciones entre unas familias y otras. Se hablaban y ayudaban unos a otros; también se cantaba. Y como es lógico también había más conflictos personales y de mugas[2] entre parcelas.

QUÉ SE CULTIVABA

Lerate apenas tenía bosque o monte. La mayor parte de su término era tierra de labor o de pasto y monte bajo. La mayor parte de las tierras cultivadas eran las llamadas “tierras blancas”, que se dedicaban al cultivo de cereales y menunciales[3]. El segundo cultivo en extensión eran las viñas y también había algo de olivo, el necesario para el consumo de casa.

Así pues de la famosa terna mediterránea cereal, vid y olivo, aquí teníamos fundamentalmente dos: la viña y el cereal; y aunque la viña era el segundo en superficie, era el primero en cuanto a su importancia económica. Lo que dejaba dinero en Lerate era la venta de vino.  

La medida de superficie en las tierras blancas era la robada, que son 898,4 metros cuadrados, y en las viñas se usaba la peonada, que equivalía a media robada. También se usaban las cuartaladas (cuarta parte de la robada) y almutadas (dieciseisava parte de la robada).

La medida de capacidad era el robo, equivalente a 28,13 litros, que corresponde al grano que se usaba para sembrar una robada que eran 22 kg de trigo. También se usaban el medio robo, cuartal (cuarta parte de robo) y almute (dieciseisava parte del robo).

Los menunciales se sembraban en pequeñas superficies de manera que se obtenía “un poco de todo”. En su mayor parte eran leguminosas, que como sabemos tiene la propiedad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo de manera natural, enriqueciendo la tierra para la siguiente cosecha. Pero hay otros cultivos menores, que ha habido en Lerate, que se podían incluir en el grupo de menunciales y que voy a comentar: son el lino, nabo, patata, maíz y centeno.

El lino se sembraba en Lerate hasta finales del siglo diecinueve; en el siglo veinte con la llegada de nuevos tejidos, dejó de sembrarse, pero se naturalizó y hoy lo podemos encontrar por los orillos de los caminos en los alrededores del pueblo. Es fácil de identificar y tiene una flor sencilla pero muy bonita y con un color azul muy intenso.

flor de Lino

El principal uso del lino aquí era el textil, aunque su semilla es oleaginosa y se puede obtener el famoso aceite de linaza.

Esta planta olvidada cobró otra vez fama en torno a los años noventa del siglo pasado debido a la importante subvención que comenzó a dar la Unión Europea a quien la cultivara. Hubo acusaciones de fraudes y algún escándalo político utilizando para todo ello a la inocente planta del lino.

El nabo se cultivaba para los animales. Se recogía verde, con hojas, se troceaba con la destralilla, un hacha de mano pequeña.

La patata se ponía para todo el año; no se compraba: la más pequeña y peor se daba a los cerdos y la mayor para consumo de las personas.

El maíz se sembraba en tierras ricas y frescas como las del término El Prado (pronunciado el práu), que ocupa aproximadamente desde la sociedad hasta el aparcamiento, toda la zona más llana.

En Lerate desde que se ocupó el pantano no había regadío, por lo que el maíz era de secano. Había años que los de Lerate sembraban maíz en terreno de la CHE, en la actual Bahía que llamábamos La Pieza Redonda, pero tenían que recogerlo antes de que subieran las aguas. Era una forma de “cobrarse sus deudas” con el pantano.

El centeno se utilizaba como cuerdas, para hacer fajos al recoger el cereal, porque tenía una caña muy larga, de un metro y medio o más. Se remojaba para trabajarlo, se cogían varias plantas se retorcían y se unían por las cabezas. Así no se gastaba en cuerdas y se trituraba luego todo en la era sin necesidad de ir desatando lo fajos y recogiendo las cuerdas.

DONDE SE CULTIVABA

Los campos de cereal nos los encontramos por todo el término.

Las viñas estaban generalmente buscando los carasoles. En general toda la margen derecha del río Salado que era término de Lerate estaba de viñas; aunque hoy están bajo las aguas del pantano, quedan dos pequeñas porciones del término al otro lado, que lindan con Ugar: una se llama Ardasuri o Ardachuri (= viñas blancas) y la otra Arambeta, que los de Ugar llaman Ripeta.

Hablando de viñas, una curiosidad del pueblo era El Cerrado, pronunciándose el cerráu, que era una enorme viña perteneciente a la casa principal del pueblo, Casa Patrimonial, que tenía su entrada en la misma entrada de la casa de Juan Yániz y estaba toda cerrada por una pared (de ahí su nombre); parte de esa pared se mantiene todavía hoy en pie, en el lado izquierdo del camino a la ermita y en la parte del regacho de Irurre, que cuando baja el pantano se pueden ver. La pared que va a la ermita continuaba hasta llegar al río, de manera que nos podemos hacer una idea del tamaño de ésta gran viña. Tenía en medio una cabaña en forma de círculo que aún se puede ver.

Entre la epidemia de la filoxera a principios del siglo veinte y la llegada del pantano la viña ha ido a menos hasta hoy que ha desaparecido por completo en Lerate

El olivo se encontraba a veces entre las mismas viñas, pero en su mayor parte, los de Lerate tenían sus olivos en el término de Garisoain llamado Arradia, un carasol cara a Cirauqui, que era donde estaban la gran parte de los olivares de todo el Valle de Guesálaz. Esto era así y como ejemplo tenemos constancia de la compra de un olivar de un vecino de Lerate a uno de Guembe; hoy cuesta imaginar, con los medios de antes, el desplazarse desde Guembe hasta Arradia para realizar las labores en el olivar y volver a casa.

Por completar el término había y hay una zona llamada El Prado, de la que hemos hablado antes. Antiguamente era una zona de pasto muy rica. Era una tierra fresca, buena; se consideraba el regadío de Lerate y al ser comunal se repartía para que todos los vecinos tuvieran una pequeña porción para patatas y maíz. Antiguamente junto al río había una dehesa (dehesa boyal) le llamaban). Estas zonas se respetaban para pasto para los animales y estaban muy regladas y vigiladas qué animales y cuándo podían ir a pastar. También había alamedas o choperas junto al río de las que se sacaba un aprovechamiento maderero.

LABORES AGRÍCOLAS. CEREAL

Tradicionalmente  el cereal se sembraba por el procedimiento de “año y vez”; se sembraba un año y al año siguiente se le dejaba descansar sin sembrar nada, en barbecho, o bien sembrando un menuncial. Las labores que se iban haciendo a lo largo del año eran las siguientes:

SIEMBRA

Las labores comenzaban con las primeras lluvias de septiembre o incluso octubre, cuando la tierra al coger humedad adquiría una estructura y textura fácil de trabajar que aquí llamamos tempero. Hay tempero cuando la tierra no está ni muy seca ni muy húmeda. La tierra tiene que quedar “suelta” es decir, sin tormones.

La primera labor era una labor profunda de la tierra para oxigenarla y limpiarla de malas hierbas, que se hacía  con el arado. El arado era como el arado romano, de un brazo; no había habido mucha más evolución hasta que después llegaron los brabanes que volteaban la tierra. Tras la labor del arado había que pasar la narria[4] las veces que hiciera falta para desmenuzar los tormones y que la tierra quede fina.

Si la labor con el arado o brabán se hacía con buen tempero no hacía falta pasar la narria.

— Hoy esta primera labor se hace con vertedera, que es un arado como el brabant pero de varias rejas, o con chisel o arado vertical, que remueve la tierra, pero no la voltea. Después se utilizan las rastras y el molón si se ha labrado o las gradas si se ha utilizado el chisel.
Estas labores de preparación de la tierra para la siembra son las que más energía, tiempo y esfuerzo consumen de todo el ciclo del cultivo por lo que han surgido nuevas técnicas de mínimo laboreo o incluso de siembra directa sin remover la tierra; es lo que se llama agricultura de conservación.
Antes de sembrar se añade el abono que llamamos de fondo, que es el que aporta el fósforo y el potasio. Antiguamente el único abono que existía era el estiércol de las cuadras que se aportaba también antes de la siembra.

Finalmente la labor de siembra propiamente dicha se hacía a mano. Cada sembrador llevaba un capazo con la semilla y se lanzaba un puño a voleo alcanzando una determinada anchura de trabajo, la márcen; se ponían unos puños de paja hasta donde llegaba la semilla para poder ver las márcenes y  en caso de ir varios sembradores, se separaban según su anchura de trabajo avanzando uno un poco más adelantado que el otro.

Después de sembrar se hacía una labor con la narria para enterrar la semilla.

— Hoy la labor de siembra propiamente dicha no es de las más costosas si la tierra está bien preparada, con sembradoras muy precisas que son capaces de aportar la semilla a la profundidad y a la dosis que se quiera incluso grano a grano.

Hoy coexisten la agricultura convencional y la ecológica, que no utiliza productos químicos de síntesis. En agricultura convencional se aplica en invierno una primera aportación de nitrógeno en forma de urea o de nitrato y una aplicación de herbicida para controlar las malas hierbas. En primavera se aplica el segundo abonado nitrogenado y si es necesario una segunda escarda química. En los últimos años, tras la aparición de la roya en los trigos se hacen tratamientos fungicidas a lo largo de toda la primavera.

Lo primero que se sembraba eran los menunciales en octubre; después de ellos, en noviembre el trigo primero, la cebada después y por último la avena.

Se tenía en cuenta el estado de la luna para cada especie.

Escarda.

Escardar es quitar las malas hierbas.

Antiguamente la escarda se hacía a mano, con un gancho o media hoz específica para escardar o con una pequeña azadilla. Participaba toda la familia, hombres, mujeres, ancianos y niños. Se hacía en primavera. Había que ir quitando las hierbas una a una de todo el campo. Hoy cuesta imaginar esa labor. Debía ser eterna.

Sobre todo había que eliminar los cardos, que salían muchos, porque tenía mucho pincho, que eran muy perjudicial para la paja que se daba a los animales.

COSECHA: Siega, acarreo, era.

ver el tamaño
Zoqueta.

La recolección se hacía en julio. Primero a mano, con hoz y zoqueta[5]. También se usaba la talla (guadaña). Con la talla se adelantaba más pero siempre se perdían más espigas que segando con hoz. Posteriormente fueron llegando las máquinas. Primero la guadañadora, que era una máquina tirada por animales que sólo cortaba y dejaba la mies en manadas, pero sin atar. Después llegaron las atadoras, que además de cortar dejaban los fajos atados. Detrás de esta máquina había que enfascalar, hacer fascales, que eran hacer círculos de fajos puestos de pie (unos 50 fajos). Esta labor de enfascalar se hacía para que si llovía, luego se secaba el grano más fácil puesto en pie que tumbado en el suelo, donde podría echarse a perder. Más adelante las trilladoras que eran capaces de separar el grano de la paja pero no se podían llevar al campo; se instalaba en el pueblo, primero en las eras y después junto a las casas y había que traer toda la cosecha e ir alimentándola. Finalmente en los años 60 llegaron las cosechadoras que eran capaces de hacer lo mismo que la trilladora pero en el campo

Hasta la llegada de las máquinas se llevaba toda la cosecha a las eras. Cada familia en Lerate tenía una era propia o compartida. Durante los meses de julio y agosto el trabajo de la cosecha era tan duro o más que el que hemos visto de la siembra. También participaba toda la familia.

¿Dónde estaban las eras en Lerate y cuántas había?. Las puedes ver en la página sitna.navarra.es en la pestaña imágenes y mapas de fondo; ortofoto histórica B/N

Tras segar y dejar en manojos en el campo había que llevar o acarrear los fajos a la era. El acarreo se hacía en carros y picas. Las picas eran unos palos verticales terminados en punta donde se clavaban los fajos. Había carros de seis picas y otros de ocho picas. Una vez en la era había que preparar la parva[6]; Se extendían los fajos y se pasaba el trillo[7] para triturarlo todo.

Cada día se hacía una parva, ya tenían calculada la cantidad que había que traer del campo a la era. Se comenzaba a acarrear a las cuatro de la mañana para tener la parva preparada a la mañana en la era.

Se pasaba un trillo grande primero que iba con bueyes y se daba vueltas despacio. Después de este primer triturado, se pasaba otro trillo más pequeño tirado por machos a los que se les hacía trotar e iban triturando la paja dejándola en trozos pequeños. Los animales también comían mejor la paja si estaba bien troceada. Se pasaba la mañana con esta labor.

El siguiente paso era aventar, antiguamente se decía ablentar[8]. Con una horca o sarde de madera se iba lanzando la paja hacia arriba y a un lado, haciendo un montón de paja, quedando el grano en el suelo.

El trigo final, que estaba más cerca del suelo, se pasaba después por el guerbillo, que era una criba redonda, para dejarlo más limpio de impurezas, el casquijo, pequeños trozos de paja o de cabezas de trigo sin grano.  

El trigo se llevaba al granero de la casa que siempre estaba en el último piso para protegerlo de roedores. Se llevaba en sacos.

— Te cuento una anécdota sobre la era— que encierra mucha sabiduría, aunque es muy naif y con un refrán muy conocido.

Cuando volvían de la era a casa los hombres llevaban las abarcas (calzado antiguo) con granos de trigo por dentro y se descalzaban normalmente en la entrada; le decía un abuelo de Lerate al nieto: toma este puño de trigo y súbelo al granero ¿hasta arriba voy a subir con este poquico de trigo? Tú sube que un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Y le hacía subir al nieto con el puño de trigo hasta arriba.

La paja se llevaba a las pajeras, que normalmente estaba también en los pisos de arriba porque así era más fácil bajar paja a las cuadras a través de un agujero, que iba desde el pajar de la segunda planta, a la planta baja, que es donde estaban la cuadras.

La paja se llevaba en sábanas; eran tal cual, una sábana que se extendía en el suelo, se hacía un montón de paja y se ataban las cuatro puntas en el centro, formando una bola enorme que se cargaba al hombro y se subía hasta el pajar por una persona; allí se deshacía, descargaba y vuelta a empezar. 

Más adelante se instalaba la trilladora en vez de en la era, cerca de las casas y se enviaba directamente la paja por un tubo hasta el pajar de cada casa.

primeras maquinas para el campo

Decirte también que la trilladora que llegó a Lerate se compró por los vecinos creando para ello una cooperativa, para poder utilizarla entre todos. Creo que en las actas del concejo habrá documentación pero no lo he investigado.

PARA SABER MAS

  • Guesálaz pueblo a pueblo. Isidoro Ursúa Irigoyen. Año 2001.
  • Guesálaz y Salinas. Sus tierras y sus gentes. Un vistazo al siglo XX. Isidoro Ursúa Irigoyen. Año 2008. Ayuntamiento de Guesálaz.
  • Agricultura y pesca fluvial en los valles de Guesálaz y Yerri. Ester Alvarez Vidaurre, Pablo Orduna Portús y Pablo Alvarez Vidaurre. Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra. Año nº 40, Nº 83. 2008. Págs. 127-151
  • El pantano de Alloz. Luces y Sombras de la construcción de un embalse. Año 2020M.J Ancín Yáni

[1]Caballería. Se les llamaba así a los caballos y los mulos, que eran cruces de caballo y burro; eran animales dóciles y muy fuertes. También se les llamaba machos.

[2]Muga. Mojón. Es la piedra que marca el límite entre dos fincas. En Lerate las mugas llevan marcada una cruz en la parte de arriba. Las puntas de la cruz indican dónde están las próximas mugas.

[3]Menunciales. Eran el resto de cultivos anuales que no eran cereales: habas, garbanzos, lentejas, alholvas, arvejas, yeros… Se segaban en verde para consumo de forraje de los animales o bien se les dejaba completar el ciclo y se recogían para aprovechar el grano, igual que los cereales.

[4]Narria. Era un rectángulo de madera del tamaño de una puerta sobre el que iban unos grandes clavos. Estos clavos iban sobre la tierra e iban desmenuzándola.

[5]Zoqueta. Es como un pequeño zueco de madera en el que se meten los dedos de la mano izquierda. Con esta mano izquierda se coge el manojo de trigo que se va a cortar con la hoz con la mano derecha. Servía para protegerse de posibles cortes con la hoz.

[6]Parva. Es la mies tendida en la era. Se consideraba una parva a la cantidad de paja y grano que se extendía, trillaba y recogía cada vez en la era.

[7]Trillo. Básicamente era una tabla tirada por una caballería, que por debajo tenía pequeñas piedras cortantes los más antiguos, o hierros dentados o ruedas los más modernos, y servía para trocear lo más posible la mies a base de dar muchas vueltas en la era.

[8]Ablentar. Es aventar, echar al viento.

FUENTE: VECINO PUEBLO DE LERATE