En Lerate todavía tenemos la suerte de tener testigos de cómo fue la vida de este pequeño pueblo antes de hacer el embalse, como vivieron los cambios y como influyo en sus vidas.
Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la historia de nuestros mayores, testigos de un mundo que no llegamos a conocer, y muchas veces tampoco queremos conocer, una de nuestras testigos nos cuenta “con un ligero brillo en sus ojos” — cuando les cuento cosas a mis nietos “!dicen abuela eso son casas del pasado¡”— La juventud no tiene curiosidad o interés por el pasado, no saben que forman parte de su patrimonio de su memoria.
Las experiencias de nuestros mayores son trasformadoras y si no las recordamos se borra parte de lo que somos, nosotros formamos parte de su mundo, de un mundo que no conocimos pero que los moldeo a ellos y por antonomasia a nosotros.


Es maravilloso oírles hablar del papel de la mujer en la sociedad agrícola, como cultivaban los alimentos a la orilla del rio Ubagua, “nuestra testigo lo llama Ubagua, el cultivo del cereal, como triballan a mano y luego la llegada de la primera trilladora, primer teléfono que llego a Lerate, como transformo sus vidas y las del pueblo la construcción del embalse, “se les saltan las lagrimas cuando hablan de las tierras que perdieron”.
Ellos son los testigos de cómo fue Lerate y como cambio, como transforma sus vida, historias que quizá nunca contaron, aunque las conservan en su recuerdo, y desde esta página queremos darles voz para conocer un mundo que ellos conocieron muy bien pero que nosotros nunca conocimos.
“Perder sus historias es como perder una buena parte de nosotros mismos”.
Hemos comenzado con un pequeño articulo sobre la escuela, hay muchos más en preparación.
Oteune.M